Wednesday, September 28, 2005
Carta a Lagos

Barrio Universitario. Concepción martes 27 de Septiembre de 2005
Señor
Ricardo Lagos Escobar
Presidente
República de Chile
Presente
De mi consideración:
Mediante la presente me dirijo a usted para hacerle llegar la siguiente información:
José Alarcón Rodríguez es un joven chileno que el 16 de mayo pasado, a los 19 años, fue detenido a las afueras de la Universidad del Bío- Bío en Concepción. Ese día hubo manifestaciones estudiantiles en distintas ciudades del país en protesta por la precariedad, mala calidad e inaccesibilidad de la educación chilena. José fue acusado por un policía de lanzar una bomba molotov, sin embargo, después de cuatro meses preso aun o se le ha comprobado absolutamente nada y lo peor de todo es que su caso está en la Justicia Militar. José, un joven como muchos en este país, sin antecedentes de ninguna especie, conocido en su barrio y en muchos otros lugares como un joven pacífico pasó su cumpleaños número 20 en la cárcel.
Señor presidente, soy otro joven estudiante, estudio Pedagogía en Español en la Universidad de Concepción, es decir, seré profesor de lenguaje y comunicación. El pasado semestre también protesté en contra de las leyes impulsadas por su gobierno. Fui acusado por dos policías de haberlos agredido, es decir, maltrato de obra a carabineros cuando trababa de defender a una compañera de la universidad que estaba siendo golpeada por los mismos carabineros que me acusaron, se que usted debe pensar que conoce bien el accionar de carabineros en estos casos, pero lo que yo he visto y sufrido gracias a ellos se parece más al accionar de las fuerzas de seguridad de un país sin democracia. Pasé tres días privado de libertad, dos de ellos en la cárcel y ahí conocí a José y a otros presos.
Me encantaría decirle muchas cosas en esta carta que pretendo entregarle mañana cuando usted visite por segunda vez mi universidad. Hablarle por ejemplo de lo que sentí cuando usted dio su primer discurso como presidente, justo en mi universidad, al cual asistí con mi cámara. Decirle por que, a pesar de ser yo un joven preparado políticamente, que trabaja con niños en riesgo social, que trabaja en el periódico estudiantil “Sien”, que ha participado en proyectos multinacionales, que mantiene excelentes relaciones internacionales, que habla muy bien el alemán, otro poco de ingles, no voto ni votaré por lo pronto por candidato alguno. Decirle cómo, junto a muchos otros jóvenes, trabajamos por una sociedad mejor cada día; cómo llevamos cultura rica, sana y provechosa a rincones que usted ni imagina. Decirle cómo pensamos nosotros en un Chile distinto y mejor para el Bicentenario, pues pensamos en el futuro. Le diré por último que no pertenezco a ninguna fuerza política tradicional y le aseguro que si las juventudes de la Concertación tuvieran jóvenes tan preparados y decididos como nosotros en las universidades, en institutos y otros lugares de nuestro país, ustedes, la Concertación, no tendrían de que preocuparse.
Para terminar le diré que el objetivo de esta carta es hacerle ver que José está encarcelado injustamente, le recomiendo que vea su caso y proponga una solución. Usted sabe mucho mejor que yo que las justicias militares deben ser para militares y no para civiles, eso lo dice hasta Calderón de la Barca por allá por el 1600. Es importante que usted sepa que José no es un delincuente, se lo digo ya que estuve en la cárcel y ahí se puede reconocer la diferencia entre inocentes, asesinos, violadores, ladrones, asaltantes y desafortunados. José es un niño y a la vez un niño desafortunado, totalmente lejano a ser un delincuente. Las informaciones objetivas dicen que él tiene 20 años, pero le pido por favor que vea el caso, que conozca el drama que vive un niño chileno inocente y su familia. A mi y mi familia nos bastaron tres días de cárcel para destrozar nuestra sicología, imagine o tan solo recuerde lo que significan cuatro meses de prisión, usted conoce el tema, sino en persona, por sus amigos. El lugar que la sociedad chilena le ha impuesto injustamente a José es horrible, no hay parangón entre el Chile que presenta usted al mundo entero y el Chile que le ha tocado vivir a José. Le repito que José no es un delincuente y la cárcel está muy bien para los delincuentes, no para los inocentes. La justicia militar no está a la altura de lo que usted presenta como la Nueva Justicia igualitaria para todos los chilenos y es necesario que se resuelva éste caso en particular y otros casos como el mío que también están siendo vistos por esta justicia anacrónica. ¿ Que justicia es esta donde el acusado jamas ve al juez? ¿Cómo puedo confiar yo en un Chile que enjuicia a sus jóvenes con argumentos de épocas pasadas y mucho peores?.
Ni José, ni yo, ni muchos otros jóvenes, víctimas del accionar desmedido y el abuso de poder de carabineros, somos delincuentes, y la cárcel, insisto, está muy bien para los delincuentes, no para los inocentes. La cárcel a lo único que ayuda es a hacer más y mejores delincuentes. Si es usted un demócrata, si ha estado dispuesto a ver casos aun más conflictivos que el que le presento, si ha estado dispuesto a indultar a verdaderos asesinos y por último a hombres que consientes de lo que hacían tomaron armas y actuaron, debe acceder a liberara a un joven chileno que nada sabe de armas, ni de bombas. De lo contrario su gobierno, y la policía de su gobierno habrán condenado injustamente y en democracia a un inocente.
Sin más que agregar, atentamente.
Angelo Bustos Díaz
Universidad de Concepción
Señor
Ricardo Lagos Escobar
Presidente
República de Chile
Presente
De mi consideración:
Mediante la presente me dirijo a usted para hacerle llegar la siguiente información:
José Alarcón Rodríguez es un joven chileno que el 16 de mayo pasado, a los 19 años, fue detenido a las afueras de la Universidad del Bío- Bío en Concepción. Ese día hubo manifestaciones estudiantiles en distintas ciudades del país en protesta por la precariedad, mala calidad e inaccesibilidad de la educación chilena. José fue acusado por un policía de lanzar una bomba molotov, sin embargo, después de cuatro meses preso aun o se le ha comprobado absolutamente nada y lo peor de todo es que su caso está en la Justicia Militar. José, un joven como muchos en este país, sin antecedentes de ninguna especie, conocido en su barrio y en muchos otros lugares como un joven pacífico pasó su cumpleaños número 20 en la cárcel.
Señor presidente, soy otro joven estudiante, estudio Pedagogía en Español en la Universidad de Concepción, es decir, seré profesor de lenguaje y comunicación. El pasado semestre también protesté en contra de las leyes impulsadas por su gobierno. Fui acusado por dos policías de haberlos agredido, es decir, maltrato de obra a carabineros cuando trababa de defender a una compañera de la universidad que estaba siendo golpeada por los mismos carabineros que me acusaron, se que usted debe pensar que conoce bien el accionar de carabineros en estos casos, pero lo que yo he visto y sufrido gracias a ellos se parece más al accionar de las fuerzas de seguridad de un país sin democracia. Pasé tres días privado de libertad, dos de ellos en la cárcel y ahí conocí a José y a otros presos.
Me encantaría decirle muchas cosas en esta carta que pretendo entregarle mañana cuando usted visite por segunda vez mi universidad. Hablarle por ejemplo de lo que sentí cuando usted dio su primer discurso como presidente, justo en mi universidad, al cual asistí con mi cámara. Decirle por que, a pesar de ser yo un joven preparado políticamente, que trabaja con niños en riesgo social, que trabaja en el periódico estudiantil “Sien”, que ha participado en proyectos multinacionales, que mantiene excelentes relaciones internacionales, que habla muy bien el alemán, otro poco de ingles, no voto ni votaré por lo pronto por candidato alguno. Decirle cómo, junto a muchos otros jóvenes, trabajamos por una sociedad mejor cada día; cómo llevamos cultura rica, sana y provechosa a rincones que usted ni imagina. Decirle cómo pensamos nosotros en un Chile distinto y mejor para el Bicentenario, pues pensamos en el futuro. Le diré por último que no pertenezco a ninguna fuerza política tradicional y le aseguro que si las juventudes de la Concertación tuvieran jóvenes tan preparados y decididos como nosotros en las universidades, en institutos y otros lugares de nuestro país, ustedes, la Concertación, no tendrían de que preocuparse.
Para terminar le diré que el objetivo de esta carta es hacerle ver que José está encarcelado injustamente, le recomiendo que vea su caso y proponga una solución. Usted sabe mucho mejor que yo que las justicias militares deben ser para militares y no para civiles, eso lo dice hasta Calderón de la Barca por allá por el 1600. Es importante que usted sepa que José no es un delincuente, se lo digo ya que estuve en la cárcel y ahí se puede reconocer la diferencia entre inocentes, asesinos, violadores, ladrones, asaltantes y desafortunados. José es un niño y a la vez un niño desafortunado, totalmente lejano a ser un delincuente. Las informaciones objetivas dicen que él tiene 20 años, pero le pido por favor que vea el caso, que conozca el drama que vive un niño chileno inocente y su familia. A mi y mi familia nos bastaron tres días de cárcel para destrozar nuestra sicología, imagine o tan solo recuerde lo que significan cuatro meses de prisión, usted conoce el tema, sino en persona, por sus amigos. El lugar que la sociedad chilena le ha impuesto injustamente a José es horrible, no hay parangón entre el Chile que presenta usted al mundo entero y el Chile que le ha tocado vivir a José. Le repito que José no es un delincuente y la cárcel está muy bien para los delincuentes, no para los inocentes. La justicia militar no está a la altura de lo que usted presenta como la Nueva Justicia igualitaria para todos los chilenos y es necesario que se resuelva éste caso en particular y otros casos como el mío que también están siendo vistos por esta justicia anacrónica. ¿ Que justicia es esta donde el acusado jamas ve al juez? ¿Cómo puedo confiar yo en un Chile que enjuicia a sus jóvenes con argumentos de épocas pasadas y mucho peores?.
Ni José, ni yo, ni muchos otros jóvenes, víctimas del accionar desmedido y el abuso de poder de carabineros, somos delincuentes, y la cárcel, insisto, está muy bien para los delincuentes, no para los inocentes. La cárcel a lo único que ayuda es a hacer más y mejores delincuentes. Si es usted un demócrata, si ha estado dispuesto a ver casos aun más conflictivos que el que le presento, si ha estado dispuesto a indultar a verdaderos asesinos y por último a hombres que consientes de lo que hacían tomaron armas y actuaron, debe acceder a liberara a un joven chileno que nada sabe de armas, ni de bombas. De lo contrario su gobierno, y la policía de su gobierno habrán condenado injustamente y en democracia a un inocente.
Sin más que agregar, atentamente.
Angelo Bustos Díaz
Universidad de Concepción