Monday, September 05, 2005

por que no escribirlo en grande y multicopiarlo hasta el infinito


Se obligaba, no sabía por que razón, a creer que aún no eran los tiempos del pensar profundo o que quizá y aún peor, ya se había pasado aquella época y no volvería. Pero que va, la caminata bajo la lluvia era deliciosa, por que no escribirlo en grande y multicopiarlo hasta el infinito. El amarillo de los árboles entre abril y junio simplemente le sobrecogía el alma. Ya no era el hecho de caminar con lo, los o la mejor compañía, caminar y caminar bajo esas arboledas azotadas por la llovizna no tenía comparación. Aquí el verde trataba de recuperar lo que la universidad había ganado con los años, le era difícil, se llevaban más o menos bien, sin embargo, el verde se resignaba a los nuevos edificios de las facultades, el cerro le habría paso al progreso de los jóvenes, pues allí se suponía que el progreso sería de todos y todos construían día a día el progreso, se suponía.
Aquel alto lugar de la ciudad ofrecía la grandeza envuelta en una belleza transversal que abarcaba extensiones adorables. Rincones deliciosos y favoritos propiciaban intensidades que entremezclaban disciplinas y realidades. Todo y todos se podían encontrar si lo deseaban.




Angelo Bustos Díaz
cel.: 99316759