Las Manos de Filippi señores¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Tratando de imitar a José Martí, con profundo respeto claro está, podría decir:
“...Trincheras de rock valen más que trincheras de vieja política...”

Durante las últimas semanas de abril y la primera quincena de mayo pude comprobar algo verdaderamente prometedor...
el rock es y será un uni- verso que - por el contrario a otras actividades humanas conjuradas a unificar o más bien uniformar, como la política o la religión que conocemos - logra ser una unidad de lo diverso.
...rockeando lo tenemos que entender... sin dejar de buscar, unidad en la diversidad política, religiosa, cultural y social...entre los que sudamos por construir un nuevo y verdaderamente justo orden mundial...

Este universo rockero compuesto de la fusión de ritmos, estilos, letras, instrumentos, poemas, ruidos, sonidos, gritos, palabras y rugidos... a la vez compuesto de la unidad de una gran diversidad humana... si se lo propusiera lograría incidir más que las anteriores actividades humanas mencionadas.

Con la polémica segunda visita a Concepción de la agrupación musical militante Las Manos de Filippi también logramos profundizar más de lo que nos permiten normalmente las tocatas.
La oportunidad se dio en distintos planos:
Gentes tratando de impedir la tocata por distintos motivos, gentes tratando de hacer la tocata por distintos motivos. Músicos extranjeros que no vienen a Concepción. Músicos extranjeros que vienen a Concepción. Músicos extranjeros abandonados en una capital ajena tras la cancelación de un concierto. Músicos que tocan gratis para difundir su música sin venderse a la industria discográfica transnacional. Músicos locales que no tienen espacios donde desarrollar dignamente su trabajo. Músicos locales que se transforman en la voz de muchas generaciones carentes -no se sabe bien porque - de voz. Jóvenes que se violentan con el rock. Jóvenes que no se violentan con el rock. Jóvenes que piensan con el rock. Jóvenes que no piensan con el rock. Jóvenes que piensan. Jóvenes que no piensan... etc. (y ver onlyne los diarios penquistas de los días 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 de mayo)

Así de esta arrítmica manera podríamos resumir una visita llena de elementos de los que destacamos a como de lugar el elemento rockero.

Las Manos de Filippi mostraron en el escenario penquista de El Refugio toda su experiencia de más de 15 años en las grandes ligas del rock latinoamericano. Grandes ligas que no significan ni Gramys, ni MTV, ni grandes transnacionales de la música. Grandes ligas que significan sudor, talento, compromiso y pasión. Ellos lo resumen diciendo “somos una banda militante”, pero no está de más buscar calificativos para no quedarnos cortos en el significado que conlleva ser una banda como ellos mismos se auto describen y como nosotros logramos percibir.

Su apreciada independencia de la industria discográfica comercial les permite decir lo que quieren y hacer con su música lo que les parece mejor o más urgente como es contribuir a la construcción de un intelectual colectivo que incida, penetre y nutra con elementos verdaderamente rupturistas y propositivos a la vez para esta América y este mundo trastornado.

De esta manera, nos cuentan que han ido ganando trincheras para el rock, el mejor rock contestario como decían los diarios penquistas, pero en resumen, el mejor rock, el que se realiza con pasión y en el que se funde la música que cada uno de ellos trae para entregar. Y es que el rock no le teme a otros ritmos, pues los incorpora y rockea con ellos... pero rock contestario insisten los periodistas, yo diría que aquí no hay más contestaciones como si hay propuestas...

Ah¡¡¡ las letras son las que contestan, pero no será que en realidad las letras despiertan... alumbran... difunden y hacen propios los problemas y las lecturas sobre nuestras sociedades... que estos hombres nos lanzan en acordes, en percusiones y por último en una sustancia invisible que logra recorrer nuestro cuerpo y nuestra conciencia...una sustancia que finalmente es el rock and roll que con potencia avanza...